En estos datos de la historia de la sensibilidad uruguaya, quisiéramos destacar algunos que nos permiten analizar cómo se justifica y se construye la violencia en la familia:
1. El mejor modo de controlar al dominado es que ame al dominador y piense como él. Esto significa que, lo mejor es que se identifique con el agresor. De aquí hay un paso a que el agredido se sienta responsable de la violencia del otro, él la provocó... El dominado no está en uso de su poder ni siquiera de pensar...
2. El ideal de mujer era: mujer-madre. Así se favorecía la idea de que la mujer se realiza en función de otros: hijos, marido-hijo. Una madre siempre debe estar disponible para las necesidades de sus hijos, nunca debe poner mala cara, ni expresar malestar, debe resolver todo para los demás. Esta imagen favorece el no crecimiento de los hijos, del marido, ni la asunción de responsabilidades en la familia, ya que una buena madre asume las de todos, traduce, habla por otros, cocina para todos, es sumisa, no cuestiona, es trabajadora, económica..! Así también, el mandato social que reciben las mujeres es favorecedor del sacrificio de sí misma como persona, ya que debería vivir para la función materna, vista como natural...
3. El mayor insulto era la duda sobre la virilidad del hombre. Esto hace a una definición de género para el hombre: potente, exitoso y activo. Es una imagen y un mandato cultural que favorece el autoritarismo, el abuso, la función: opresor, ya que a toda costa se debe mostrar que se es exitoso aunque no se lo sea. Y si no lo es, es muy difícil de tolerar.
4. La justificaciòn de la violencia: "es por tu bien". Toda conducta se apoya en una creencia, un mito que la explica y prescribe. Por ejemplo, que se hace un bien...!
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