Consideraciones preliminares

Los conceptos de morfostasis y morfogénesis desarrollados por Magoroh Makuyama, resultan relevantes a la hora de ir definiendo un marco teórico conceptual a partir del cual se considerarán para su análisis los elementos que vayan surgiendo de la investigación que se propone.

De la morfostasis y la morfogénesis depende la supervivencia de cualquier ser vivo. La morfostasis significa que el sistema deja constancia frente a los caprichos ambientales, que logra esta retroalimentación negativa y la morfogénesis según la que en determinadas circunstancias un sistema debe modificar su estructura básica, lo cual implica una retroalimentación positiva o secuencias amplificadoras de la desviación.

En una investigación, cuyos resultados se publicaron en 1969, Minuchin, Montalvo y otros definieron tipos de estructuras familiares conectadas con ciertas cateogrías de problemas. Así se caracterizaron dos tipos principales: la familia enredada y la familia apartada. La primera se caracterizaba por una íntima interrelación de sus miembros. En ella los intentos de un miembro por cambiar resultan en rápida resistencia complementaria por parte de los demás. Son familias donde se da demasiada homeostasis. Por su parte, la familia apartada presentaba ausencia de conexiones poderosas y los nexos de relación entre los integrantes de la familia son débiles o inexistentes. Sus integrantes se desplazan como órlbitas aisladas, sin relación entre sí. En las familias enredadas, los límites entre la familia nuclear y la familia de origen son imprecisos y débiles. Ninguno de los dos subsistemas puede operar con facilidad.

En un esfuerzo de síntesis de los principales conceptos se han presentado diversas líneas de trabajo a considerar dentro de las diversas posibilidades que se irán abriendo. La utilización de este marco para lograr explicaciones válidas utilizables en la elaboración de estrategias alternativas para actuar en la prevención y el tratamiento de la violencia familiar, será esencial por cuanto estará validando o no, para el caso de la violencia las hipótesis sistémicas que surgen al intentar un abordaje familiar del problema de la violencia doméstica. Ello, a su vez, permitirá comenzar a transitar por un camino de solución alternativo al que hoy se está utilizando frente a la problemática en estudio. No resulta fácilmente aceptable que, en una manifestación que se da invariablemente en el ámbito doméstico y no en el ámbito público, el sistema doméstico familiar no esté involucrado y fuertemente involucrado en que el problema persista. De ahí la convicción que la solución no llegará a través del agresor o la víctima sino del sistema mismo.