Màs aspectos pràcticos

Ya dijimos que no existe, en nuestro derecho tal posibilidad, es decir que se pueda desistir de la instancia. Lo que pasa en la práctica es que cuando la mujer se arrepiente, a veces, se le devuelve el papel que entregó, o se destruye el mismo, y formalmente, no hay noticias de nada.

También en los Juzgados pasa algo parecido, aunque en mucho menor medida. En algunos casos, en fin, se da vista fiscal, y se forma un presumario, que es la mejor manera que no suceda nada. El presumario en nuestro sistema judicial, es algo así como el proceso de extinción del expediente, duran años hasta que se archivan. Solamente un muy bajo porcentaje culmina con algún procesamiento.

Lo señalado con respecto a las Seccionales de Policía, ha sido, en parte, solucionado con la creación y puesta en marcha de la Comisaría de la Mujer. Entonces, tales trabas antes mencionadas se esfuman, o por lo menos son menores, ya que la agredida es atendida por mujeres, especializadas en el tema, dedicadas a ellas. No hemos oído quejas de las mujeres respecto del trato recibido en esta Comisaría, ni que sean mal asesoradas. Tal parece que esta repartición actúa con diligencia y eficacia. Claro está, que hay una sola para todo Montevideo, por lo que las denunciantes deberán trasladarse al Centro, a la calle San José, en las proximidades de la Jefatura de Policía. De manera que, las Seccionales siguen atendiendo casos de mujeres golpeadas.

¿Qué pasa en los Juzgados?

Bueno, algo parecido a lo que pasa en las Comisarías, en cuanto a las esperas, o mejor dicho, es peor. Porque a los Juzgados Penales de Turno van todos los asuntos de Montevideo que ocurren en una fecha determinada. Y allí también hay prioridades, la agresión a una mujer no es una de ellas. La prensa, oral, escrita o televisiva ya informó al público sobre alguna detención de delincuentes, sobre casos truculentos, y esos asuntos tienen prioridad, por aquello de la "alarma social".

Con ese panorama, la mujer tiene que tener mucha fuerza de voluntad para seguir, y los testigos, si los hay (a veces, como son casos que se dan en el fuero íntimo de la pareja no los hay); decíamos, los testigos deben ser personas decididas, valientes, esforzadas, y dispuestas a una buena obra. En los Juzgados, no se toma nunca en cuenta a las otras personas y su tiempo. No todas las personas pueden perder un jornal, o un día de trabajo. No todos pueden darse el lujo de estar cinco horas sentados sin hacer nada, simplemente esperando. Y si a ello le sumamos las esperas en la comisaría, los traslados, las vueltas que hay que dar, es comprensible que la gente no quiera saber nada del asunto. Porque, además, su declaración puede significar la prisión del vecino, compañero de trabajo, o pariente.

Además, el ambiente en los patios de Juzgados Penales tampoco es muy cálido, es, similar al de las Comisarías.

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